El oro físico es dinero, un depósito de valor que ha servido a lo largo de la historia (y lo sigue haciendo) como la moneda internacional por excelencia, sobre todo en tiempos de crisis. Contar con inversiones de oro físico permite disponer de una liquidez inmediata si las circunstancias lo requieren. Ahora bien, a qué se debe su valor y por qué sube el precio del oro en tiempo de crisis. ¿Merece la pena comprar oro en estos momentos?
A qué se debe la subida del precio del oro en tiempo de crisis
El valor del oro es más estable que el de las divisas y el de los mercados de acciones. De hecho, durante los momentos de incertidumbre económica la demanda de oro suele aumentar y, en consecuencia, lo hace su valor, lo que lo convierte en un activo muy especial. Vimos un ejemplo de su subida durante la pandemia del COVID-19 y en los últimos meses, alcanzando su máximo histórico por onza en abril del 2025 a causa de las tensiones geopolíticas. Estas son las razones clave que explican el fenómeno de la subida del precio del oro.
¿Cuándo sube el precio del oro? Valor intrínseco y escasez
El oro es un recurso limitado. A diferencia del dinero fiduciario, que puede ser impreso en grandes cantidades por los bancos centrales y se basa en la confianza de la sociedad, el oro no puede crearse artificialmente. Esta escasez natural le confiere un valor intrínseco que se mantiene a lo largo del tiempo. Además, su uso industrial es relativamente limitado en comparación con su función como reserva de valor, lo que lo hace menos vulnerable a fluctuaciones del mercado productivo. En tiempos de crisis, cuando las monedas nacionales pueden devaluarse o incluso colapsar, los inversores recurren al oro porque confían en su capacidad para conservar valor. Este comportamiento aumenta la demanda y, como consecuencia, impulsa el precio del metal precioso.
Refugio frente a la inflación
Una de las consecuencias más comunes de las crisis económicas es el aumento de la inflación. Cuando el poder adquisitivo del dinero disminuye, las personas y empresas buscan formas de proteger sus activos frente a la pérdida de valor. Desde siempre el oro ha sido visto como una excelente cobertura contra la inflación, ya que históricamente ha mantenido su valor cuando las monedas pierden el suyo. Por ejemplo, durante la crisis financiera de 2008, la Reserva Federal de EE. UU. implementó políticas de estímulo económico que aumentaron la base monetaria. Esto generó temores de inflación y muchos inversores trasladaron sus recursos al oro, lo que elevó su precio significativamente.
Desconfianza en los mercados financieros
Las crisis suelen venir acompañadas de fuertes caídas bursátiles, quiebras de bancos o instituciones financieras y pérdida de confianza en los sistemas tradicionales. En esos contextos el oro actúa como un activo tangible y libre de riesgo crediticio. No depende de la salud financiera de ninguna empresa ni del respaldo de un gobierno específico. Cuando los mercados financieros son volátiles y el futuro es incierto, muchos inversores venden sus acciones o bonos para comprar oro, provocando un aumento en su precio. A este comportamiento se le conoce como “fuga hacia la calidad”.
Subida precio oro: demanda global y estabilidad geopolítica
El oro es un activo universalmente reconocido y valorado. Su precio se cotiza en mercados internacionales y no depende directamente de la economía de un solo país. Por eso, en momentos de crisis global —como guerras, pandemias o conflictos políticos graves—, su demanda tiende a crecer en diferentes regiones del mundo simultáneamente. Además, los bancos centrales de muchos países mantienen reservas de oro como parte de su estrategia de estabilidad financiera. En situaciones de riesgo, estas instituciones también pueden incrementar sus compras, lo que contribuye a elevar aún más el precio.
Efecto psicológico: el oro como símbolo de seguridad
Más allá de los factores económicos, el oro tiene un fuerte componente simbólico. Culturalmente, se asocia con la riqueza, la estabilidad y el poder. Durante siglos ha sido usado como moneda, como garantía en transacciones internacionales y como reserva en los tesoros nacionales. En tiempos de crisis, este simbolismo cobra fuerza. Tanto los grandes inversores como cualquier otro ciudadano sienten que comprar oro es una forma segura de resguardar su dinero. Esta confianza colectiva crea una demanda adicional que también empuja al alza los precios.
Liquidez y accesibilidad inmediata
Otro motivo que favorece el aumento del precio del oro durante las crisis es su alta liquidez. Es decir, puede convertirse rápidamente en efectivo sin perder valor significativo. Existen mercados globales y locales donde se puede comprar o vender oro con facilidad, lo que lo convierte en una opción atractiva para quienes necesitan mover su dinero rápidamente o reaccionar ante la volatilidad, como los empeños de oro de CrediMonte. Gracias a ellos las personas interesadas cuentan con una alternativa que les permite transformar rápidamente estos objetos de valor en dinero en efectivo —y con la posibilidad de poder recuperar sus joyas en cualquier momento—. Además, el proceso se realiza de forma ágil, con tasas de interés muy competitivas y sin requerir documentación como historial crediticio, nóminas o certificados de deudas.
Comprar oro en tiempo de crisis: ¿Es una buena idea?
Según World Gold Council, la asociación comercial internacional para la industria del oro, este metal precioso ha demostrado tener una rentabilidad promedio del 15% en situaciones de inflación superiores al 3%. La divisa se vuelve más barata y el oro aumenta con el fin de mantener su valor. Llevar a cabo una inversión en los primeros momentos de una crisis puede suponer un importante incremento del patrimonio para los inversores que buscan proteger sus activos y asegurarse una rentabilidad a futuro. En CrediMonte, el monte de piedad de Fundación Bancaja, efectuamos también subastas de oro online donde los interesados pueden optar a joyas singulares y de gran valor, como anillos, sortijas, gargantillas, collares, brazaletes y broches de oro, incluso piezas de oro con diamantes incrustados, todo ello dentro de un entorno regulado y de confianza.
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